He dejado mi corazón en Buenos Aires, y creo
que debería de regresar a buscarlo.
No había regresado desde que tenía dos años,
entonces como te imaginaras no me acordaba de casi nada. Fuimos por solo cinco días
para festejar la navidad con una parte de la familia y a redescubrir la ciudad. Me
quede encantada. Tiene de todas las ciudades un poco, si me mudaría ahí yo
pienso que no sentiría nostalgia. Puerto Madero, por ejemplo, es la réplica de
Vancouver (donde vivía antes) y Victoria, la capital de Colombia Británica. Un contraste entre edificios cubiertos de
vidrios y fábricas al estilo industrial que hicieron los ingleses cuando
llegaron ahí.
Todos los barios tenían su encanto, no podía parar
de ver hacia arriba porque los edificios eran enormes, a diferencia de donde yo
vio ahora. Una noche salimos con mi hermano de fiesta por la calle Florida y me
acuerdo que mientras que esperamos entrar había unas de estas grandes obras arquitectónicas
al frente mío que no pude parar de hablar de lo lindo que era por unos quince minutos,
fácil.
Al fin, yo creo que Buenos Aires es una ciudad
que no te va a parar de inspirar. Hay una cantidad enorme de cosas por ver, a mí
personalmente me encantaron las galerías de arte y recorrer todo a pie porque en
sí todo es un museo.
(Mientras que escribi esto estaba escuchando un poco de Cerati, perdóname si sueno un poco emocional)
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